Conozco a muy poca gente que esté satisfecha con su sueldo.
Es más difícil oír decir a alguien “Estoy feliz con lo que cobro” que ver un OVNI en Arganda.
Y si entramos a valorar los diferentes sueldos en una misma empresa, pues apaga y vámonos.
El motivo, os daré mi opinión.
No aportamos lo suficiente para tener el sueldo que deseamos.
Evidentemente un trabajador que cobra 60.000 euros al año debe dar mucho más de sí que otro de esa misma empresa que cobra 20.000.
Si somos ese trabajador que cobra 20.000 nuestra meta debe ser llegar a cobrar lo mismo que nuestro compañero de empresa.
¿Cómo lograrlo?
Aportando más. Yendo más allá de lo que recibimos por compensación.
Tenemos que pensar qué podemos aportar a nuestra empresa para que nos valoren mejor y nos suban el sueldo.
Que el jefe piense: “A esta persona le estoy pagando 10 y me aporta lo mismo que los que pago 20”.
Si es inteligente nos subirá el sueldo para retenernos.
Uno de nuestros principales objetivos debe ser ese.
Pero lo habitual, lo que nos encontramos día a día es todo lo contrario: “Me esfuerzo lo justo y que lo haga el otro que para eso cobra más”.
Si queremos crecer profesionalmente debemos aportar un extra, muchos extras.
Así nuestro sueldo crecerá.
Si tu jefe no lo ve, no te sube el sueldo ante este esfuerzo, es el indicativo de tener que cambiar de empresa.
Si no te valoran, vete.
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