Hoy hablaremos de la comunicación en la empresa.
La comunicación, junto al habla, es uno de los grandes rasgos que nos diferencia del resto de seres vivos del mundo animal.
Un mundo animal al cual pertenecemos, no lo olvidemos.
Somos seres sociables y, de mejor o peor manera, necesitamos comunicarnos.
Algo que llama la atención es que en todos los aspectos de la vida todos tenemos problemas de comunicación.
Por vagancia, por timidez, por miedo, por estupidez, por complejos… por cientos de motivos casi nunca decimos lo que deberíamos decir o no lo decimos bien.
La comunicación falla.
A nivel pareja se puede solucionar “durmiendo” una noche entera o media.
A nivel amigos, yéndose juntos de cañas.
A nivel familia, dándose un abrazo.
A nivel político, convocando elecciones.
A nivel empresa… ¡tema complejo!
Que levante la mano quien afirme que la comunicación es un fuerte de su empresa.
O más fácil aún: que la comunicación sea muy buena entre su equipo.
Pocos la levantarían.
Es natural que la comunicación en la empresa sea un desastre.
Hay mucha tensión, la necesidad de sacar el trabajo adelante, uno que hace más que el otro, uno que gana más que el otro, rencillas del pasado, malas miradas, malos entendidos…
¿Cómo solucionarlo?
Difícil, muy difícil… pero no imposible si se entrena.
Lo primero sería mirarnos al ombligo.
¿Nos estamos comunicando correctamente con nuestros clientes, proveedores, compañeros, empleados o jefes?
Es habitual creer que cualquier problema que tengamos siempre es culpa de los demás.
Si no hacemos deporte es porque nuestra familia y el trabajo nos roban todo el tiempo.
Si estamos gordos es porque el restaurante cocina con mucho aceite.
Si estamos en un atasco es porque la gente no tiene más que hacer que ir en coche y no coger el transporte público.
Si tenemos frío es porque el del Tiempo no ha avisado.
Si el Mundo se muere es porque la gente contamina mucho.
Mírate al espejo.
Pregúntate si es culpa de los demás o bien es por la tuya, aunque sea solo una parte.
Con la comunicación en la empresa ocurre lo mismo.
Solucionar el problema es difícil, pero al menos se puede minimizar.
Para empezar, el comunicarnos bien es una habilidad que se desarrolla con la experiencia.
Quizá con mandar un email bien explicado no haga falta que parezca un partido de tenis y acabemos enviando 10 emails para algo que se podría haber dicho en 1 ó 2.
Aunque sea un email largo y que al final pongamos: “resumiendo, serían:
punto 1
punto 2
punto 3”
sintetizando al máximo.
O las clásicas llamadas eternas, en las que se habla de todo pero no se comunica lo importante. Si se sintetiza, esa llamada de 30 minutos podría durar 10.
O las reuniones en persona, algo que está en desuso. Cuando hablamos con alguien los problemas de comunicación vienen porque creemos que la otra persona lo ha entendido todo tal y como nosotros lo tenemos en nuestra cabeza.
Después de una conversación o reunión importante, lo mismo que en el email, es excelente hacer una pequeña recapitulación de los asuntos más importantes teniendo todos claro lo que se debe hacer.
Son pequeños gestos que ayudan a que la comunicación funcione mejor.
Siempre tenemos que simplificar todo lo posible el mensaje que queremos transmitir.
Que no se conviertan en eternas clases de universidad donde el profesor se tira una hora para explicar por qué 2 + 2 son 4.
2 + 2 son 4, no hay discusión, el mensaje está claro.
He tenido cientos de llamadas, cientos de reuniones, cientos de conversaciones en las que me han contado que para demostrar que 2 + 2 son 4 debemos ahondar en los axiomas de Peano, uno de estos axiomas postula que existe un primer número natural……
Estás de coña, ¿verdad?
Al cabo del año son muchas horas perdidas, todo por una seria falta de saber comunicar y de sintetizar.
Es una habilidad difícil la de saber centrarse en lo importante.
Hay personas, y te pasará a ti, con las que da gusto y es muy fácil hablar: son muy claros, van al grano, hacen un repaso rápido al final,…
Y esta habilidad se pega.
Ensáyala, enséñala, da ejemplo y tu empresa será mucho más productiva.
¿Será la idiosincrasia del español el irse por las ramas, el no ser directos, el contar historias inútiles y que nadie entiende, … ?
Hagamos que la cultura de nuestra empresa no cometa esos fallos.
Asegúrate de que te entienden, bien y rápido.
Demos ejemplo.
¡Feliz semana!
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